LA SELECCIÓN DE ENFERMEROS PARA OFICIALES DE LA POLICÍA MILITAR DEL ESTADO DE RIO DE JANEIRO (1994): PESQUISA HISTÓRICA

 

Marcleyde Silva de Azevedo Abreu1, Alexandre Barbosa de Oliveira1, Maria Angélica de Almeida Peres1, Gertrudes Teixeira Lopes1, Antonio José Almeida Filho1, Tânia Cristina Franco Santos1

 

1Universidad Federal de Río de Janeiro

 

 

RESUMEN

Estudio histórico-social. Objetivo: Describir el proceso de selección del primer grupo de oficiales de enfermería graduados,  pertenecientes a la infra estructura de la Asistencia de Salud en el cuerpo de la policía del estado de Rio de Janeiro, en 1994. Fuentes Históricas: Documentos escritos y entrevistas con oficiales de enfermería de la primera clase pertenecientes a la infraestructura
de Asistencia de Salud. Las conclusiones obtenidas se organizaron, clasificaron y contextualizaron de acuerdo con el método histórico. El proceso de análisis de datos contó con la referencia teórica: ¨Teoría del Mundo Social¨ de Pierre Bourdieu. Resultados: El rigor en la selección del proceso conllevó a la inclusión de candidatos adecuados que pudieron adaptarse a la vida militar lo que, en última instancia, les brindó la posibilidad de alcanzar una posición social apropiada en el futuro, basada en este estilo de vida.
Descriptores: Enfermería, Historia de la Enfermería, Enfermería Militar
.

 

 

INTRODUCION

 

Al  inicio de la década de 1990, la Ciudad de Rio de Janeiro sufría con el aumento de la criminalidad, que ya amenazaba gravemente el orden público. Entre las  medidas tomadas para mejorar y fortalecer la Secretaría de Seguridad Pública, se destaca la realización de concursos públicos para policías militares de la tropa, los cuales viabilizaron el ingreso de aproximadamente 2000 soldados. Paralelamente, hubo un aumento expresivo del número de atendimientos en los dos hospitales de la Policía Militar del Estado de Rio de Janeiro (PMERJ): Hospital de la Policía Militar de Niterói y Hospital Central de la Policía Militar tanto en consecuencia del aumento de los índices de criminalidad en la Ciudad, como también del aumento del efectivo de la Corporación (1).

Además de eso, el aumento del efectivo de la Corporación a través de esos concursos demandaba también la necesidad de extender la asistencia médica y hospitalaria a los policías militares y a los dependientes de los soldados recién ingresos (2), lo que concurría para aumentar aún más el número de atendimientos de los hospitales de la Policía Militar y consecuentemente, agravar los problemas de la insuficiencia numérica de profesionales de la salud, en especial, de enfermeros y personal de nivel medio.

Siendo así, en 1993, el gobernador del Estado de Rio de Janeiro en la época, Leonel de Moura Brizola, creó el Cuadro de Oficiales Enfermeros a través de la Ley nº 2.206, del 27 de diciembre de 1993. De acuerdo con el artículo 8º de esta ley las 163 plazas existentes de soldado serían convertidas en 56 vagas de oficiales enfermeros del Cuadro de Oficiales de la Salud del Cuadro I, que entrarían con la patente de 2º teniente PM enfermero, pudiendo alcanzar la patente máxima de mayor, pues el cuadro creado era constituido de: dos mayores, diez capitanes, 20 primeros tenientes y 25 segundos tenientes (3).

El proceso selectivo para la primera clase de oficiales enfermeros fue publicado en el Diario Oficial del Estado de Rio de Janeiro el día 8 de marzo de 1994; en él fueron divulgadas las normas para entrada al oficialato de enfermería de la Policía Militar.  En la ocasión, el comandante general de la PMERJ era el coronel PM Carlos Magno Nazareth Cerqueira (4).

El oficio del Concurso de Admisión de Segundo Teniente Enfermero, del Cuadro de Salud de la PMERJ (1994) determinaba el cumplimiento de los siguientes requisitos: “ser policía militar de la Corporación o militar de la activa de otras Fuerzas Armadas, o civiles al día con el servicio militar; ser brasileño nativo; candidatos de ambos sexos; poseer inscripción en el Consejo Regional de Enfermería; no estar respondiendo a proceso o investigación criminal y/o administrativo y no haber sido condenado, en cualquier época por crimen o contravención, en sentencia transitada en juzgado; tener autorización de las respectivas autoridades para prestar concurso; poseer el grado jerárquico máximo de segundo teniente, si militar; si es reservista, haber sido excluido de la última organización militar con concepto ‘bueno’, en lo mínimo; tener hasta 34 años de edad el 31 de diciembre de 1994, excepto el militar; recoger el valor de la inscripción en cualquier agencia bancaria BANERJ a favor de la Fundación Escuela de Servicio Público FESP-RJ; y estar al día con las obligaciones electorales” (5).

El proceso de evaluación fue realizado en dos etapas sucesivas, de carácter eliminatorio, a excepción de la prueba de títulos que fue clasificatoria. La primera etapa constó de una evaluación de conocimientos específicos de enfermería, con prueba escrita, conteniendo 30 cuestiones objetivas y 10 cuestiones discursivas. La segunda etapa comportó la realización de una prueba práctica-oral sobre procedimientos técnicos de enfermería.

Para el examen de salud, el candidato era sometido a una valorización por una Junta de Inspección de la salud de la propia corporação5. Una vez aprobados en las etapas eliminatorias, los candidatos eran sometidos al examen de suficiencia física. En esta etapa, era realizado el Teste de Capacidad Física, que constaba de una evaluación física con teste de carrera, abdominales y flexiones de brazo.

El proceso selectivo contaba aun con análisis psicológico, cuyo examen objetivaba eliminar a los candidatos que no presentasen perfil para el desempeño de la carrera en la Policial Militar. El examen social, última etapa del concurso, constaba de Pesquisa Social, la cual abarcaba el rellenado de cuestionarios por el candidato, diligencias, entrevistas y pedido de informaciones sobre ellos mismos. Por lo tanto, la pesquisa social buscaba verificar, “in loco”, el comportamiento e idoneidad del candidato6.

Se verifica por lo expuesto que el concurso para el ingreso de enfermeros al oficialato de la Policía Militar fue largo y extremadamente rigoroso. Y para estudiar la problemática que lo envolvió, trazamos el siguiente objetivo: analizar el proceso de selección del  primer grupo de oficiales enfermeros del Cuadro Auxiliar de Salud en la Policía Militar del Estado de Rio de Janeiro.

La  relevancia social de este estudio consiste en la posibilidad de divulgar la producción científica sobre la inserción del enfermero al campo militar, especialmente en lo que se refiere a la presencia femenina en un escenario bicentenario y tradicionalmente consagrado a los hombres.

 

Abordaje metodológico y teórico

Este es un estudio histórico-social, cuyas fuentes primarias están constituidas por documentos escritos y declaraciones orales de oficiales enfermeras pertenecientes al primer grupo del Cuadro Auxiliar de Salud de la PMERJ. Fueron excluidos los oficiales del sexo masculino. Fueron realizadas diez entrevistas semi-estructuradas, en el período de octubre a diciembre de 2010, en locales y horarios determinados con la conformidad y con las preferencias de las personas entrevistadas. En la ocasión, fueron tomadas todas las providencias relativas al cumplimiento de las directrices de la Resolución nº 196/96, del Consejo Nacional de Salud. También el proyecto que dio origen a este estudio fue aprobado por el Comité de Ética y Pesquisa de la Escuela de Enfermería Anna Nery / Hospital Escuela São Francisco de Assis / UFRJ el 31 de agosto de 2010, a través del Protocolo nº 085 / 2010. Las  fuentes secundarias, constituidas de artículos y libros, tesis y disertaciones sobre el tema, consubstanciaron el análisis de los datos derivados de las fuentes primarias del estudio, las cuales constituyeron el corpus documental.

Los datos fueron organizados, clasificados y contextualizados en conformidad con el método histórico. Ya el análisis de los datos tuvo como referencia teórica el pensamiento del sociólogo francés Pierre Bourdieu, especialmente en lo que concierne a los conceptos de habitus, poder simbólico, violencia simbólica y dominación masculina.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

 

Las motivaciones para el ingreso para ser oficial de la Policía Militar del Estado de Rio de Janeiro

El concurso de admisión de oficiales enfermeros en la PMERJ, en el año 1994, constituyó un atractivo para los enfermeros que buscaban actuación en una institución que ofreciera seguridad y estabilidad financiera. Varias motivaciones determinaron la opción de los enfermeros para querer ser oficiales de la Policía Militar del Estado de Río de Janeiro. En el fragmento de una de las entrevistas puede ser percibida parte de las motivaciones: 

 

Entonces, lo que me motivó no fue el hecho de gustarme el hospital. La  motivación vino de la promoción porque, como enfermera civil, estaba estancada. Yo me sentía avergonzada  por permanecer en un hospital militar, pues, mis colegas consiguieron alcanzar un cargo mayor, y era una situación en la que  me sentía desprestigiada. Mas, no fue gustar del hospital lo que me llevó a buscar el concurso, y sí la motivación financiera e el status social. (Ent. nº 1)

 

La entrevistada evidencia sus percepciones sobre las dificultades de crecimiento profesional en la condición de civil en una institución militar. Esa prohibición de la enfermera civil en un hospital militar evidencia que las estructuras constitutivas del campo reproduce las estructuras y las jerarquías de éste y en ese sentido, donde los agentes no tienen otra opción, que no sea luchar para mantener o mejorar  su posición en el campo, o sea, “para conservar o aumentare su capital”7. Otro relato evidencia la adhesión de la entrevistada a la mística de la institución militar, al afirmar que las pilastras de la Policía Militar ya hacían parte do su estilo de vida:

 

Fue el primer empleo y yo crié amor por la casa. Cuestiones de disciplina y jerarquía que son las pilastras de la Policía Militar también hacían parte de mi conducta de vida. Esos valores estaban enraizados en mí y venían de enseñanzas de la familia. Yo encontraba eso muy bonito y también alimentaba el sueño de contribuir para esa nueva forma de la propia institución de ser más harmónica y crecer. Llevar la enfermería a otro nivel, otro peldaño de la propia corporación, que fue mi escuela y también mi lección de vida... Allí me casé. Allí tuve mis hijos. Entonces, yo tengo afecto por la PM en todos los sentidos, emocionales..., personales... (Ent. nº 3)

 

El análisis detallado del contenido de esas palabras evidencia la incorporación de un lenguaje domesticado, o sea, de la censura convertida en naturaleza, la internalización de las disposiciones necesarias a la enfermera oficial, pues, los efectos ejercidos por las nuevas experiencias sobre el habitus de las candidatas dependen de la relación de compatibilidad práctica entre esas experiencias y las demás ya integradas al habitus.

No obstante, otra entrevistada, que ya pertenecía  a la institución como miembro del equipo de enfermería y como militar (Plaza), registra motivaciones, en las cuales evidencia que el diploma de enfermero y la patente de oficial funcionan como una especie de credencial, las cuales confieren a su portador mayores posibilidades en el campo, una vez que los títulos sociales de crédito (títulos escolares, diplomas) confieren posiciones sociales cuyo acceso es obtenido por esos títulos8:

 

Las  motivaciones, las desenvolví por dos años, tres años y poco, cuando hubo el primer grupo de cabos enfermeros. Yo noté que había necesidad, tuve experiencia allá afuera y había necesidad de un enfermero para direccionar las acciones de la enfermería. Nosotros teníamos la presencia de algunos enfermeros, que eran civiles, algunos enfermeros graduados y aquí en la institución, hacían servicios de enfermería, entre comillas. Hacía servicio burocrático. El ejercicio de la enfermería se quedaba realmente a la deriva. Eso comenzó a incomodarme. En esa época yo estaba estudiando para  graduarme en Enfermería y estaba con otra cabeza, otra mentalidad, otra visión. Eu estaba viendo que aquello no me estaba satisfaciendo. Yo veía que era la oportunidad de crecer, una vez que yo ya era cabo. Podría ser aprobada y llagar a ser oficial de la misma institución. (Ent. nº4)

 

Merece resalte la expresión “entre comillas” que la entrevistada utiliza cuando se refiere a la calidad de los servicios de enfermería. Tal expresión contribuye para que la palabra no signifique aquello que parece significar, colocándola en descrédito por la imposición de una ruptura categórica entre el saber sagrado y el saber profano, de modo a preservar el monopolio de un saber o una práctica9.            

De manera general, las diferentes motivaciones presentadas por las entrevistadas coincidieron en lo que decía sobre la búsqueda de un empleo estable, posibilidad de ascensión social y admiración por la carrera militar. Para concurrir a una plaza en ese Cuadro, necesitaron dedicar tiempo en preparación para las muchas etapas de pruebas. En ese sentido, el propio proceso selectivo representaba la posibilidad de escoger a las candidatas con las predisposiciones necesarias para la incorporación al habitus militar. Por lo tanto, el concurso visaba seleccionar a aquellas que se hicieran ver y creer como aptas a la incorporación de las cosas y prácticas militares que, en última instancia, representaría el aprendizaje de un habitus adecuado a la nueva posición social.

 

El proceso de selección para el oficialato 

Ciertamente, el tiempo que los candidatos invirtieron para la participación exitosa en las diversas etapas haya requerido mayor dedicación y contribuido para la selección de candidatas más calificadas. Ese esfuerzo es expresado por una de las entrevistadas:

 

Bueno, yo no tenía un libro específico, o recopilación de apuntes. Graziela y yo estudiábamos juntas y queríamos aprobar. Nosotras no admitíamos que no fuésemos a aprobar el concurso. Estudiábamos todos los días y confeccionábamos nuestro material. En mi cabeza y de la enfermera, no había  hipótesis de no ser aprobadas, pues habíamos pasado por tantas cosas juntas... Entonces, llegó el día tan esperado y estábamos muy ansiosas, pues teníamos que mostrar que éramos buenas, para evitar comentarios maldosos que había en la época que nosotras seríamos beneficiadas. Muchas colegas nuestras fueron desaprobadas aun en la primera fase, que correspondía a la prueba escrita. Luego después fue la segunda fase con pruebas prácticas. (Ent. nº1)

De esta manera, se deduce que, “las oportunidades que los agentes tienen de  someterse a las leyes del campo son proporcionales a su fuerza sobre el campo”10, esto es, la pose del capital en aprecio en el campo. Además, lo que estaba en juego era una plaza de oficial en una institución militar, lo que representaba la oportunidad de reclasificar los agentes (enfermeros) que ya actuaban en la institución, sea como enfermero civil o como militar (plaza). En ese sentido, el concurso para enfermero oficial  de la Policía Militar se revistió de gran importancia para esos candidatos por representar la posibilidad de empoderamiento en la institución mediante la visibilidad de su capital profesional, una vez que “es la estructura de las relaciones objetivas entre los agentes que determina lo que ellos pueden y no pueden hacer”10, o sea, es la posición ocupada por los agentes en esa estructura que determina u orienta las tomadas de posición. 

El extracto de las palabras de otra entrevistada ratifica lol anterior en lo que concierne al rigor y duración del proceso selectivo, acrecentando su perplejidad acerca del examen psicológico y de la pesquisa social:

 

Primero fue una prueba objetiva, enseguida, una prueba oral y después fue el psicotécnico con más de 300 preguntas que se repetían, de 20 en 20 y después de 10 en 10..., era la misma cosa preguntada de otras formas para desvelar  su perfil personal. Como usted se veía como persona, yo creo que era para detectar el mentiroso. Me recuerdo perfectamente de eso porque una amiga mía que hizo no aprobó, y ella era una verdadera mentirosa. Entonces, cuando ella intentó ese concurso, el proceso fue interrumpido, porque fue justamente en la etapa do psicotécnico que ella se quedó. Eran varias preguntas, había una Pesquisa Social. Recuerdo que durante esa pesquisa, ellos fueron al INCA a preguntar sobre mí, siendo esa, la última etapa, y fue una sorpresa para mí, yo no sabía que la pesquisa social era hecha de esa forma. (Ent. nº2)

 

 

Siendo así, al mismo tiempo que se buscaba salvaguardar la imagen de la institución también se resguardaba la imagen del nuevo grupo, a través de la selección de candidatas cuyas disposiciones personales y morales las volverían aptas para la incorporación de un habitus afinado a los valores y virtudes militares. En ese proceso, se buscaba atestar el comportamiento social previo de las candidatas, procurando garantizar la observancia de atributos que fuesen condecentes con las expectativas de la Fuerza11-12. Por tanto, el éxito en el concurso colocaría las candidatas en una posición distinta y distinguida, una vez que conferiría visibilidad no solamente a su capital profesional, sino también a su capital social13. Sobre el rigor de las pruebas una de las entrevistadas compara la aprobación en cada etapa del concurso como la coronación de los mejores:

            

El proceso selectivo es un proceso complejo. No es un concurso como otro cualquiera, que usted hace una prueba y  está calificado para un cargo. Es  un proceso que envuelve varias etapas, fue prueba objetiva, examen físico, psicológico... Entonces, es un proceso largo, bastante desgastante, porque usted se queda bastante ansioso, porque a cada etapa usted va viendo personas siendo eliminadas, y usted se coloca en la inestabilidad... ‘Será que yo voy a ser el próximo eliminado? (Ent. nº 9)

 

Con efecto, la disputa por la clasificación era estimulada entre los concurrentes para garantizar, para los concurrentes, las mejores clasificaciones al final del proceso, y para la institución, la incorporación de aquellos que lograron mejores resultados. Se deduce de las declaraciones que la necesidad de aprobación se inscribe en la lógica de la pretensión de las propiedades de los dominantes las cuales contribuyen para asegurar posiciones de poder y prestigio social. De esta manera, las luchas por esas posiciones representan el movimiento perpetuo de los agentes en los diversos espacios sociales, pues, “a menos que se excluyan del juego, los agentes no tienen otra opción, a no ser luchar para mantener o mejorar su posición en el campo, quiere decir, para conservar o aumentar el capital específico que sólo en el campo se genera, contribuyendo así para hacer pesar sobre los otros, las perturbaciones frecuentemente vividas como insoportables, que nacen de la competencia”7.

Las candidatas expresaron algunas dificultades en relación al examen médico:

 

¡Mi madre..., fue horrible!.  Fue aquí en el segundo piso del edificio viejo, en una sala con un médico ginecólogo, un cirujano general, un clínico y un obstetra. En la sala mal daba para quedarse en pie. Primero la ortopedia solicitó que hiciéramos aquella posición de intentar tocar el pie y entre una cosa y otra el cirujano llegó y con un gesto brusco bajó nuestros pantalones. Por bajo estábamos usando como ropa intima bragas y sostenedor. Nos los bajó hasta una altura que pudiese examinar, para saber se teníamos s hernia. Aquel gesto fue un choque, porque nosotras no esperábamos que él actuara de esa forma. Había un grupo aguardando do lado de afuera, pues entraban de cinco en cinco, y eso repercutió, cuando salimos originando un sentimiento de indignación y vergüenza. En la secuencia de los exámenes, pasamos para el otorrino, oftalmólogo y no fue en esa sala sino, en otro local. Lo  que puedo decir sobre el examen médico es que fue realmente horrible por la vergüenza que pasamos después de lo sucedido, porque no  esperábamos que él actuara así. Normalmente abría la camisola..., y él llegó con ese movimiento brusco. No me recuerdo si la reclamación continuó después de la entrada del segundo grupo, porque el grupo era muy grande, no me recuerdo si hubo cambios en los siguientes grupos. (Ent nº 3)

 

Como evidenciado en esta y en otras entrevistas la forma de abordar el cuerpo de las candidatas, de acuerdo con la percepción de las entrevistadas, reproduce, simbólicamente, la dominación masculina a que ellas fueron sometidas, mediante el gesto brusco del médico, al exponer la región que iba a ser examinada. Merece destaque también el carácter colectivo en relación al número de candidatos y la presencia de médicos de varias especialidades.

Cabe referir también que en el momento del examen las candidatas no tuvieron ninguna reacción en relación a la actitud del cirujano. Eso porque el ejercicio de la violencia simbólica por los dominantes cuenta con la contribución de los dominados, hasta contra su deseo, mediante la aceptación tácita de la dominación14.

En lo que se refiere a la violencia simbólica en el proceso de selección, otra entrevistada también relata su indignación, acrecentando que:

 

El examen médico, fue otra prueba muy desgastante para el grupo, pues ellos no se organizaron para recibir ese gran número de mujeres. Durante el examen, hubo algunas interrupciones por parte de la falta de privacidad. Tuvimos que  reportarnos a la Dirección. Después, las conductas se normalizaron. (Ent. nº 3)

 

 

Este recorte revela tanto  su indignación como el de las otras candidatas durante el examen médico, acrecentando que la falta de información previa acerca de las condiciones de la realización del examen tuvo como consecuencia la exposición desnecesaria del cuerpo de las candidatas. A pesar de la vergüenza y la indignación, todas las candidatas se sometieron al examen, evidenciando una “lógica paradoxal de la dominación masculina y de la sumisión femenina, sea cual sea, el sometimiento de la dominación, de forma espontánea, y al mismo tiempo, extorquida”7, una vez que las candidatas se sometieron espontánea y obligatoriamente a las condiciones establecidas para el examen, lo que demuestra la incorporación de las disposiciones femeninas perfectamente ajustadas al orden social vigente, que coloca a las mujeres en posiciones desventajosas en relación a los hombres (médicos y militares) en aquel espacio social.

No obstante, otro trecho evidencia la ausencia de percepción acerca de las condiciones desfavorables a las candidatas por ocasión de la realización del examen médico:

 

Después de los exámenes de laboratorios, pasamos por una junta médica. Había clínicos, ortopédicos. Primero fue el clínico que nos midió la presión. Dio mayor énfasis en la presión. Después del clínico, con el histórico, fue el ortopédico y otro... lo que más me marcó fue eso, el clínico y el ortopédico. Para mí, fue un examen muy tranquilo. Porque éramos varias enfermeras. Primero, pasamos por el clínico y después por el ortopédico. No me recuerdo de haber sido vergonzoso, fue tranquilo. Fue respetuoso, no me acuerdo de nada... (Ent. nº 6)

 

Esa postura reafirma la existencia de la “frontera mágica entre los dominantes y los dominados, donde la magia del poder simbólico desencadena y para ello los dominados contribuyen”7, aceptando tácitamente la fuerza simbólica ejercida directamente sobre los cuerpos, como que por magia, sin cualquier coacción física, una vez que las disposiciones internas estaban armonizadas con la dominación impuesta.

       

CONSIDERACIONES FINALES

 

Se deduce de todo lo expuesto que la naturaleza y el rigor del proceso selectivo buscaba seleccionar candidatas aptas a la incorporación de las cosas y prácticas militares que, en última instancia, representaría el aprendizaje de un habitus adecuado a la nueva posición social.

Tal situación demostraba el uso de artificios que reiteraban bien la necesidad de aquellos futuros oficiales estar afinados en la observancia de una práctica calcada en los propósitos de los espacios militarizados, donde la disciplina y la jerarquía, sus bases de sustentación, deberían ser internalizadas y reproducidas (a lo largo del tiempo) tanto en su modo de ser/hacer, como en sus propios discursos.

Al finalizar el presente estudio, fue posible elaborar una versión histórica sobre algunos aspectos del ingreso de mujeres al oficialato de la Policía Militar. Sin embargo, es importante dar continuidad a los estudios para que podamos profundizar el entendimiento sobre los procesos simultáneos de profesionalización de la mujer y de la enfermera, en especial, de su presencia femenina en escenarios militares. Además, las versiones e interpretaciones aquí desenvueltas no son más que verdades provisorias, ya que lo vivido es irrecuperable.

 

CITAS

 

1. Polícia Militar do Estado do Rio de Janeiro. Boletim da Polícia Militar nº 205, de 01 de novembro de 1994. Rio de Janeiro (RJ), 1 nov 1994.

2. Polícia Militar do Estado do Rio de Janeiro. Portaria 0062, de 17 de fevereiro de 1993. Instruções Reguladoras para Assistência Médica Hospitalar. Rio de Janeiro (RJ), 17 fev 1993.

3. Polícia Militar do Estado do Rio de Janeiro. Boletim da Polícia Militar nº 243, de 28 de dezembro de 1993. Rio de Janeiro (RJ), 28 dez 1993.

4. Polícia Militar do Estado do Rio de Janeiro. Boletim da Polícia Militar nº 44, de 09 de março de 1994. Rio de Janeiro (RJ), 9 mar 1994.

5. Imprensa Oficial do Estado do Rio de Janeiro.Diário Oficial de Estado do Rio de Janeiro nº 44, de 08 de março de 1994. Rio de Janeiro (RJ), 8 mar 1994.

6. Fundação Escola do Serviço Público. Manual do Candidato. Rio de Janeiro: Fundação Escola do Serviço Público; 1994.

7. Bourdieu P. O poder simbólico. Rio de Janeiro: Bertrand Brasil; 2010.

8. Bourdieu P. A distinção: crítica social do julgamento. São Paulo: Edusp; Porto Alegre: Zouk; 2007.

9. Bourdieu P. A economia das trocas linguísticas: o que falar quer dizer. São Paulo: Edusp; 1998.

10. Bourdieu P. Usos sociais da ciência: por uma sociologia clínica do campo científico. São Paulo: Unesp; 2004.

11. Oliveira A B, Santos TCF, Barreira IA, Lopes GT, Almeida-Filho AJ, Amorim WM. Enfermeiras da Força Expedicionária Brasileira no front do Pós-Guerra: o processo de reinclusão no Serviço Militar do Exército Brasileiro (1945-1957).

12. Oliveira AB, Santos TCF. Enfermeiras brasileiras na retaguarda da segunda Guerra Mundial: repercussões dessa participação. Texto Contexto Enfer. 2009 out-dez; 18 (4):688-96.

13. Silva LB, Santos TCF, Oliveira AB, Martins GCS, Peres MAA, Almeida-Filho AJ. O processo de criação do curso de especialização em enfermagem em modalidade de residência no Hospital Ophir Loyola (Pará, Brasil). Online Braz J of Nurs. 2011 [cited 2011-08-08]; Available from http://www.objnursing.uff.br/index.php/nursing/rt/context/j.16764285.2011.3214.

14. Bourdieu P. A dominação masculina. Rio de Janeiro: Bertrand do Brasil; 1999.